Alfredo Martínez, egresado de la Escuela de Ciencia Política
 
  Publicó su primer libre el año pasado, titulado “1978: voces de Última Esperanza”.

Según nos describe Alfredo, el libro “es un relato sobre la experiencia vivida en la comuna de Puerto Natales ante la inminencia de la guerra con Argentina a finales de 1978. Creo que hay mucho que no se ha escrito sobre este conflicto, siendo un momento que marcó la historia de gran parte de la Patagonia Chilena. Cabe recordar que, dentro de la historiografía argentina, la Guerra de las Malvinas y el Conflicto del Beagle son parte del mismo proceso. Por lo tanto, se conformó un grupo académico que entrelazaba civiles y militares, que trataron de recrear esta historia, entenderla y aportar. Por otra parte, no hay duda, que uno de los lugares más importantes de esta historia radica en la ciudad Puerto Natales, y de ahí su título. “Los centinelas de Última Esperanza” es el lema del Destacamento Acorazado N°5 “Lanceros”, unidad militar que se encuentra en Natales y en la Provincia de Última Esperanza. Zona distante a solo 10 km de la frontera con Argentina y lugar donde gran parte de los natalinos iba a trabajar. Es por ello, que es lógico considerar que ese sería el lugar donde se efectuarían los potenciales primeros enfrentamientos de esta guerra, marcando de forma imborrable a esa gente.”

¿Crees que esta publicación tiene relevancia en tu desarrollo como profesional?

Absolutamente, aunque debo reconocer que nunca fue esa mi intención. Las expectativas de los cinco escritores que participamos en este libro iban dirigidas a agradecer a toda esa gente que estuvo dispuesta a ir a la guerra, con una historia muy rica, pero que gran parte de la sociedad desconoce y no valora. La importancia de ese libro para mi profesión es haber rescatado a grandes chilenos del anonimato y haberles dado las gracias por la entereza que tuvieron esos difíciles días de 1978.

¿Cómo fue tu experiencia en la Escuela de Ciencia Política UDP?

Increíble. A nivel académico muy bueno y a nivel humano, aún mejor. Creo que haber estudiado Ciencia Política fue una de las mejores decisiones de mi vida y hay veces que me causa mucha nostalgia recordar esa gran experiencia.

¿Cuál crees tú que es el sello distintivo que entrega la Escuela de Ciencia Política UDP a los egresados?

Bajo mi perspectiva, hay dos sellos muy importantes. Por un lado, la dimensión del conocimiento. El “saber”. Tener la capacidad de ejecutar, desde el punto de vista académico, distintos tipos de desafíos sociales que permiten rescatar relatos como estos. Sin embargo, existe otra dimensión aún más importante: el “ser”. Aquella formación moral que humaniza y aterriza los relatos de gente común y los reflota a la sociedad. Creo que eso es el sello distintivo de la UDP.
José Miguel Ahumada, egresado de la Escuela de Ciencia Política
 
  Acaba de publicar su primer libro que lleva el nombre de The Political Economy of Peripheral Growth. Chile in the global economy.

En la siguiente entrevista, relata el contenido del libro, el proceso de elaboración y su experiencia en la Escuela de Ciencia Política UDP.

¿De qué trata el libro?

El libro es una relectura de la forma en que Chile se insertó en la economía mundial a partir de los setenta hasta la actualidad desde la óptica de la economía política internacional, en particular, desde el enfoque estructuralista latinoamericano.

En la literatura respecto a la inserción de Chile en la globalización ha dominado una perspectiva centrada en la descripción de las políticas implementadas (apertura unilateral, luego bi y multilateral) y sus efectos en algunas áreas (diversificación exportadora, tipo de crecimiento, etc.). Es decir, ha dominado una lectura típicamente económica y a veces despotilizada. Con este libro quiero identificar la economía política subyacente a dicho proceso y re-problematizar sus resultados económicos.

En relación al primer punto, me concentro en dos variables. La primera son las relaciones entre los gremios empresariales y el Estado y sus diferentes articulaciones a partir de ciertas coyunturas críticas (donde los flujos financieros internacionales han tenido un rol muy importante). La segunda es la influencia de EEUU en condicionar el patrón de inserción nacional a partir de sus estrategias geopolíticas, en particular vía la ola de acuerdos de libre comercio que promocionó en América Latina.

En relación al segundo punto, el libro señala que dicho patrón de inserción ha creado un tipo de crecimiento de carácter periférico o, como ya lo señaló el economista de la CEPAL, Fernando Fajnzylber, un crecimiento espurio. Con esto hago referencia a que, si bien dicho patrón oeiginó un dinamismo importante desde fines de los ochenta hasta fines de los noventa, éste careció de fuerza endógenas para hacerlo sostenible en el largo plazo. Las razones de aquello están en que dicho crecimiento se ancló en una matriz primaria de exportación y no pudo impedir una profunda desindustrialización prematura a lo largo de todo periodo.

Como señalo en el libro, si comparamos el patrón de desarrollo de Chile con los de Corea del Sur y Finlandia, observaremos que en los dos últimos casos, éstos lograron crecer modificando sustancialmente su matriz productiva hacia sectores intensivos en conocimiento. Aquello permitió que dichas economías pudieran tener un crecimiento sostenido a lo largo del tiempo, muy diferente al crecimiento espurio nacional. Las razones de dicho cambio estructural yacen, en gran medida, en la serie de políticas industriales que implementaron durante sus despegues.

Sin embargo, una de las consecuencias adicionales de la inserción chilena luego de la ola de acuerdos de libre comercio, es que se han restringido sustancialmente los espacios para aplicar políticas industriales que pudieran colaborar con dicha transformación productiva que hoy Chile necesita urgentemente.

¿Cómo fue la elaboración?

El libro fue el resultado de mis estudios durante el doctorado en la Universidad de Cambridge. Las reflexiones que hago estuvieron muy influidas por el ambiente académico de allá. En particular por un conjunto de profesores que me han ayudado mucho en mi forma de ver el desarrollo económico como, por ejemplo, mi profesor guía, Ha-Joon Chang y el profesor de la facultad de economía, José Gabriel Palma. La investigación del doctorado sin embargo, fue solo el comienzo. Transformar la tesis en un libro fue un trabajo muy arduo, en tanto implicó sistematizar mucho la información que tenía disponible, junto con escribir un par de capítulos adicionales.

¿Crees que esta publicación tiene relevancia en tu desarrollo como profesional?

Por supuesto. Escribir un libro es un ejercicio muy intenso, pero que permite aclarar muchísimas ideas que uno mismo tiene y que las toma como dadas. Creo que escribir tiene esa virtud, destila nuestras propias ideas.

Para el desarrollo profesional de cualquier académico es determinante el publicar, no por la supuesta ‘presión’ a hacerlo, sino porque es la forma que tenemos en el mundo académico de mostrar nuestro trabajo a la comunidad de pares, recibir críticas que nos permitan seguir avanzando y, a su vez, aportar con nuestras propias reflexiones al saber colectivo del que, como comunidad, somos parte, la enriquecemos cada día y, sin el cual, sencillamente no existiríamos.

¿Cómo fue tu experiencia en la Escuela de Ciencia Política UDP?

Yo me titulé hace ya varios años y varios de los colegas que hoy son parte del cuerpo académico no pude tenerlos como profesores. Sin embargo, mi experiencia durante esos años fue muy formativa. Si bien estaba con muchos de mis compañeros de generación bien envuelto en actividades políticas, también siempre tuve el interés de dedicarme a la academia, de hecho, desde el primer día en que entré a estudiar.

Creo que un elemento importante de mis años de estudiante fue la calidad de los académicos que estaban llegando al departamento y que la mayoría de ellos siguen en la escuela. Aquello me permitió acceder a reflexiones y literatura que por aquellos años no existían en el país y, a su vez, me dieron herramientas claves para mis estudios fuera del país que inicié posteriormente.

¿Cuál crees tú sería el sello distintivo que entrega la Escuela de Ciencia Política UDP a los egresados?

Creo que la escuela nos entrega, más que algún sello distintivo, la posibilidad de estar siempre vinculados a una comunidad académica vibrante y en constante reflexión intelectual. Poder ser parte de ello, tener abiertas las puertas para dialogar y conversar con colegas que están realizando rigurosas investigaciones es, por lejos, el gran beneficio que nos otorga la escuela a los egresados.